San Marino ha revelado sus planes de cara a Eurovisión 2023 y volverá a confiar en ‘Una Voce per San Marino’ como preselección para el festival.
Repiten la misma fórmula que el pasado año, por lo que todos los artistas que quieran presentarse pasarán por el campamento/academia que se celebrará entre el 28 de octubre y el 27 de enero, de allí saldrán los 60 artistas que pasarán por 4 semifinales de las cuales saldrán los 20 finalistas para la gran final del 25 de febrero.
En diferencia con el año pasado, ningún artista consagrado o de renombre pasará directo a la final, aunque sí serán invitados a semifinales, ahorrándose la fase de la academia y tendrán que pelear por su puesto en la gran final.
Las solicitudes al casting se pueden hacer desde el día de ayer y oscilan entre los 150 a los 50 euros, dependiendo si tardas más o menos tiempo en apuntarte.
En la pasada edición el ganador fue (sin sorpresas) Achille Lauro, concursante de San Remo 2022 y elegido a dedo para estar en aquella final sin sentido y de dudosa profesionalidad. La canción con la que ganó fue ‘Stripper’ con la que se presentó en Turín y con la que no clasificó para la gran final.
Con la primera edición de Una Voce per San Marino aprendimos 2 cosas:
- Una televisión pública, perteneciente a la EBU no puede permitirse tan lamentable espectáculo. (Hay fiestas de fin de curso con muchas más calidad).
- No era necesario montar todo ese tinglado para acabar eligiendo a un descartado de San Remo. (Que sabíamos que ganaría desde que se anunció su participación).
Ningún artista de los que pasarón por la preselección San Marinense ha repuntado ni tenido mucha más repercusión en la música, por lo que podemos afirmar que ‘Una Voce per San Marino’ tampoco sirve como plataforma para lanzar carreras y artistas, lo que confirma que la fórmula planteada no sirve de nada y es un error volver a confiar en ella.
Pero bueno, necesaria o no, Una Voce per San Marino volverá para escoger a su representante en Eurovisión 2023 el próximo 25 de febrero.
¿Quién será?
